El uso de Dióxido de Titanio como aditivo prohibido a partir de 2022
El pasado 8 de Octubre, los Estados Miembros de la Unión Europea aprobaron por unanimidad la propuesta de la Comisión Europea y afectará a todo el territorio a partir de 2022.
No es la primera vez que la utilización del dióxido de titanio como aditivo alimentario estaba en el punto de mira, a pesar de llevar usándose desde 2009 en la UE. En 2016, la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) puso por primera vez a prueba este componente, concluyendo en su análisis que no había ningún peligro relacionado a su ingesta.
Sin embargo, se decidió revaluar de nuevo, por petición de la Comisión Europea, en marzo 2020, usando pruebas científicas sobre nanopartículas que no se tuvieron en cuenta en el primer estudio. La EFSA concluyó que no podía seguir considerándose seguro como aditivo alimentario ya que no podía descartarse su genotoxicidad tras el consumo de sus partículas y llegar a acumularse en el cuerpo. Por lo tanto, no puede establecerse una ingesta diaria admisible (IDA).
El dióxido de titanio es un aditivo usado frecuentemente por sus propiedades blanqueantes y opacitantes en la industria alimentaria. Se usa habitualmente en chicles, golosinas, galletas o chotolate. No posee beneficios nutricionales o funcionales y se suele usar exclusivamente por su aporte de color.
Al ser esta la única razón para su uso, no pudiéndose demostrar su seguridad alimentaria y no siendo avalado por ninguna razón técnica que implique su necesidad, la Comisión Europea propuso prohibir el uso de dióxido de titanio como aditivo alimentario.
Durante los 6 meses de periodo transitorio sí se puede producir producto con E171 y comercializarlo. A partir de los 6 meses ya no se podría comercializar ningún producto con E171, y lo que esté en el mercado puede permanecer hasta el final de su vida útil.